Las conexiones de tornillo de alta resistencia ofrecen varias ventajas, incluida la construcción simple, un excelente rendimiento del estrés, reemplazo desmontable, resistencia a la fatiga y resistencia al aflojamiento bajo cargas dinámicas, lo que los convierte en un método de conexión muy prometedor. Las varillas roscadas ASTM A193 B7 ejemplifican esta variante de tornillo de alta resistencia.
Estas varillas se apretan utilizando llaves especializadas para generar fuerzas previas a la tensión significativas y controlables. Del mismo modo, el conector, a través de nueces y lavadoras, también produce el mismo nivel de precarga. Esta precarga induce una fricción sustancial a lo largo de las superficies del conector. En consecuencia, mientras la fuerza axial permanezca por debajo de esta fuerza de fricción, los componentes permanecerán estables sin deslizar o sufrir daños. Esto incorpora el principio fundamental detrás de las conexiones de tornillo de alta resistencia.
La efectividad de las conexiones de tornillo de alta resistencia se basa en la fricción entre las superficies de contacto para evitar el deslizamiento. Para garantizar una fricción suficiente en estas superficies, es crucial mejorar la fuerza de sujeción entre los componentes y aumentar el coeficiente de fricción de las superficies de contacto. Lograr la fuerza de sujeción adecuada se logra aplicando la pre-tensión a las varillas, lo que requiere el uso de acero de alta resistencia para las varillas en sí, de ahí el término "conexiones de tornillo de alta resistencia".
En estas conexiones, el coeficiente de fricción afecta significativamente la capacidad de carga. Los experimentos han demostrado que el coeficiente de fricción está influenciado principalmente por la forma de la superficie de contacto y el material componente. Para aumentar el coeficiente de fricción de la superficie de contacto, las técnicas como la arena y el cepillado de alambre se emplean comúnmente durante el proceso de construcción.